La sombra en la ventana.

      Mi nombre es Kathy, yo era niñera. Una tarde, pasé la noche cuidando a los gemelos Maggie y Tobias. Pasamos todo el día jugando en el parque hasta que empezó a llover. Corrimos de regreso a la casa la cual no estaba muy lejos. Llegamos, y nos secamos, encendí la TV para los niños, pero de repente una voz extraña salía de la TV, apenas podía oír un susurro, no era un programa o las noticias, porque no había señal… Decía: “Te estoy viendo”. Yo estaba un poco confundida, pero decidí ignorarlo. “¿Qué quieren para cenar, niños?”, pregunté. Los gemelos se vieron y dijeron “Macarrones”. Así que, empecé a preparar los macarrones mientras los niños reían en la sala. Luego de unos minutos, grité “¡La cena!” Ellos corrieron hacia la cocina para comer, y Maggie le dijo a su hermano “No digas nada, ¿ok?” y pregunté “¿Qué sucede?” Tobias, asustado respondió “Kathy, estoy asustado… Acabamos de ver a una mujer en el patio, sin cara, y había un aminal detrás de ella… como un… como un ciervo con grandes cuernos”. Pensé que estaban jugando, y dije “Esta bien, niños, deben comer y luego ir a la cama justo ahora”.  


       Después de haber terminado la cena, estábamos subiendo las escaleras, la cual era un poco oscura y pequeña, con apenas un rayo de luz alumbrando los escalones, cuando me dijeron que su madre siempre les daba leche y galletas antes de dormir. “Vayan a cambiarse, yo me encargo de eso” Regresé a la cocina y agarré las galletas que estaban sobre la nevera y serví la leche, pero mi teléfono sonó. Fui a la sala donde lo había dejado. Era mi mama. Estaba muy asustada, y me preguntó si todo estaba bien. Estaba gritando y decía “Debes tener cuidado”. Totalmente asombrada le dije que debía calmarse, que todo estaba bien. Volví al cuarto de los niños, pero olvidé la leche. “¿Dónde está la leche, Kathy?” Preguntó Maggie. “Ah, cierto, lo siento, voy por ella”. Empecé a bajar las escaleras, estaba muy oscuro, y silencioso.  

        Al final de las escaleras había una ventana, ya la había pasado, pero me detuve y me devolví hacía ella… Allí estaba la sombra de una mujer.  Una mujer alta, con cabello negro y largo, sin cara, con un gran animal detrás de ella, y si…  como un ciervo, con grandes, grandes cuernos. Justo como había dicho Tobias antes. Me limpié los ojos, y la mujer ya no estaba. “Supongo que estoy cansada”, dije bostezando. Tomé la leche y se la llevaba a los niños. Entré al cuarto de los niños, y los dos estaban muertos, yacían en una piscina de sangre… degollados. Grité, y corrí, pero la puerta se cerró y tenía palabras escritas “Eres la siguiente”. No sabía qué hacer, así que decidí tomar mi teléfono y llamar a la policía, pero lo había dejado en la cocina. De repente un silencio ensordecedor rodeó la habitación. Todavía estaba llorando, cuando vi en la ventana… Allí estaba el mismo ciervo con los horribles cuernos y empecé a buscar a la mujer sin cara, pero no la pude encontrar. Rápidamente miré como el closet se habría lentamente… Ella estaba allí. Estaba tan oscuro que apenas pude ver su largo cabello y cuán rápido caminaba hacía mí. Estaba asustadísima. Intenté abrir la puerta, y lo hice, pero tropecé un escalón y me caí. 

Unos días después, desperté en un hospital, allí estaban los padres de Maggie y Tobias, con lágrimas en sus ojos. Pero antes de ellos pudieran decir algo, empecé a hablar acerca de la mujer y el ciervo en la ventana. “¿Qué ventana, Kathy?”, me preguntaron los padres. “La que está cerca de las escaleras”, dije. Los padres se miraron, y me dijeron que no había ninguna ventana allí. “Es un espejo”, dijeron. No podía creer lo que estaba pasando, y en ese momento mi madre entró a la habitación, y llorando me dijo “Kathy, estás en un hospital mental… Tú has matado a los gemelos.” 


   Quien haya escrito mi historia sabe que estoy encerrada justo ahora, no he visto a mi madre desde hace 5 años. No recuerdo haber matado a los gemelos. Todo lo que sé es que recuerdo a un fiel ciervo merodeando en la oscuridad… Y que me veo muy bien en un espejo. 

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